Boda Rocio&Pablo en Sevilla

Una mirada, un beso, una sonrisa…unos zapatos listos desde la noche anterior al gran día, el reflejo de unos anillos en la ventana. Un vestido que espera para ser estrenado.El amor se encuentra en los pequeños detalles. En abrazarse y acabar dormidos juntos en los días complicados, en leer un libro uno al lado del otro. Sentarse y pensar en el otro. Quedarse esperando una llamada y que te llamen. Sonreír porque de pronto acuden grandes recuerdos. Sin todo eso el amor no sería amor, porque estos detalles reflejan que nos amamos y, sobre todo, que nos conocemos. El amor es esa aventura de conocerte a ti mismo y a tu pareja cada día, en los pequeños detalles, reinventando lo que la relación es y significa.

Fotografiar esos recuerdos de los pequeños detalles son los que ansiamos día a día, porque en los miles de momentos que se suceden en los recovecos de una boda, a veces desapercibidos, se sustentan las relaciones auténticas y las emociones. La de Pablo y Rocío fue una boda repleta de estos momentos insustituibles.

Cada uno de los instantes de su boda, celebrada en Espartinas, muy cerca de Sevilla, estaban cuidados al máximo. Y no sólo por la excelente organización de la Hacienda Azahares sino que nos permitió captar imágenes imborrables para la memoria de ellos y su familia.

Desde los momentos previos al gran día, las miradas, los silencios ensordecedores que transmitían nervios y una ilusión desbordada por dar el “si quiero”, no paramos de hacer fotografías, tantas como sentimientos se colaban por el sensor de la cámara.

Aquí os ofrecemos algunas imágenes de este gran día. Pequeños detalles tan importantes como los que vivimos junto a ellos. Disfrutadlos.

 “No te rindas, por favor no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda, y se calle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños. Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, porque cada día es un comienzo nuevo, porque esta es la hora y el mejor momento, porque no estás solo, ¡porque yo te quiero!”

Mario Benedetti